Hace unos días mientras me paseaba por la sección de literatura griega moderna de la biblioteca de Filología Clásica de mi facultad vi unos libros de Yannis Ritsos que me miraron atentamente, varios tomos de su poesía editada en griego. Así que caí en la tentación y cogí uno de esos tomos y me vine a mi casa con él. He disfrutado mucho leyéndolo, y quisiera transmitirles un pedazo de mi experiencia, mostrándoles un poema en el que Ritsos canta a la paz en una poesía que dedica al poeta Kostas Várnalis, otro poeta de extensa producción y que también creó su propia Odisea. Esto es lo que Ritsos entiende por PAZ:
El sueño del niño es la paz.
El sueño de la madre es la paz.
Las palabras del amor bajo los árboles,
es la paz.
El padre que vuelve por la tarde con una amplia sonrisa en los ojos,
Con una bolsa en sus manos llena de fruta
Y las gotas de sudor en su frente,
Es como las gotas del cántaro que congela el agua en la ventana,
Es la paz.
Cuando las cicatrices cierran las heridas en la frente del mundo,
Y dentro de las fosas que cavaron los obuses plantamos árboles,
Y en los corazones en que cavó el incendio lía sus primeros capullos la esperanza
Y los muertos pueden echarse a un lado y dormir sin dolor
Sabiendo que su sangre no se fue con el mal,
Es la paz.
Paz es el aroma de la comida por la tarde,
Cuando la parada de un coche en la calle no es miedo,
Cuando la llamada a la puerta significa amigo,
Y la abertura de la ventana en todo momento significa cielo
Celebrando festejos nuestros ojos con las lejanas campanas de sus colores,
Es la paz.
Paz es un vaso de leche caliente y un libro ante
El niño que despierta.
Cuando las espigas se inclinan
La una sobre la otra conversando: la luz,
La luz, la luz,
Y rebosa de luz la corola del horizonte,
Es la paz.
Cuando las cárceles se restauran para ser bibliotecas,
Cuando una canción se eleva de umbral en umbral por la noche,
Cuando la luna primaveral sale de la nube
Igual que sale de la barbería del barrio recién afeitado
El trabajador la tarde de un sábado,
Es la paz.
Cuando el día ha pasado
No es un día que ya se ha perdido
Sino que es la raíz que alza las hojas de la alegría por la tarde,
Y es un día ganado y un sueño justo.
Cuando sientes de nuevo que el sol ata apresuradamente sus cordones,
Que da caza a la tristeza desde los rincones del tiempo,
Es la paz.
Paz son los montones de rayos sobre los campos del verano,
Es la cartilla de la bondad en las rodillas de la aurora.
Cuando dices: hermano mío, cuando decimos: mañana construiremos,
Cuando construimos y cantamos
Es la paz.
Cuando la muerte toma un poco de lugar en el corazón
Y las chimeneas muestran con dedos firmes la felicidad,
Cuando el gran clavel del crepúsculo
Lo pueden oler de igual forma el poeta y el proletario,
Es la paz.
La paz son las manos estrechadas de los hombres,
Es el pan caliente en la mesa del mundo,
Es la sonrisa de la madre.
Solamente esto.
Ninguna otra cosa es la paz.
Y los arados que trazan ranuras profundas en la tierra toda
Únicamente escriben un nombre:
Paz. Nada más. Paz.
Sobre los raíles de mis versos
El tren que avanza hacia el futuro,
Trigo cargado y rosas,
Es la paz.
Hermanos,
Dentro de la paz respira de par en par
Todo el mundo con todos sus sueños.
Daos las manos, hermanos,
Esto es la paz.
(Publicación original: 11 abril 2007)
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