De los tres grandes trágicos conservados de la Grecia clásica, es de Eurípides de quien mayor número de obras nos han llegado (dieciocho tragedias más un drama satírico). Natural de la isla de Salamina, se cree que nació hacia 485 ó 484 a. C, tal como indica el Marmor Parium, que es un documento epigráfico de gran interés para la datación de los autores trágicos y sus obras. Eurípides mostró desde muy joven su especial predilección por el mundo de las artes, ya que también estaba muy interesado en el mundo de la pintura. Nunca le interesó participar en el mundo de la política y, de hecho, nunca lo hizo. La mayor parte de su vida la pasó viviendo en calma en la isla de Salamina, sin frecuentar habitualmente la ciudad de Atenas. Las imágenes marinas abundan en sus escritos, probablemente debidas a la constante observación del mar a la que estaba sometido en su lugar de residencia. Se sabe también que gozaba de una estupenda biblioteca llena de libros, lo que no era nada habitual para la época.
Se ha discutido mucho, y se sigue discutiendo, sobre la postura de Eurípides con respecto a la mujer: algunos lo han considerado un misógino; otros, un feminista. Ciertamente podemos apreciar en sus tragedias fragmentos que parecen estar defendiendo a la mujer, y otros en que sin embargo la ataca. Recuerdo haberme quedado de piedra con la lectura de este trágico por las contradicciones que he podido leer en torno a la mujer, pero creo que tendría que leer más obras de Eurípides, y con mayor detenimiento, para llegar a forjarme una opinión propia con respecto a este tema. Creo que esto me podría propiciar una interesante futura entrada para este blog.
Eurípides muere en 406 en Macedonia, según algunos en Pela (la cuna de Alejandro Magno), según otros en Aretusa. No se conocen a ciencia cierta las circunstancias de su muerte, y una leyenda señala que murió despedazado por los perros del rey Arquelao.
He aquí algunos de sus pensamientos:
- El hombre superior es el que siempre es fiel a la esperanza; no perseverar es de cobardes
- En mudas circunstancias el buen amigo se manifiesta.
- Un hombre viejo no es más que una voz y una sombra
- En la bondad se encierran todos los géneros de sabiduría
- Nadie es feliz durante toda su vida
- La vida no es verdadera vida, sino sólo dolor
- La vida es lucha
- A los muertos no les importa cómo son sus funerales. Las exequias suntuosas sirven para satisfacer la vanidad de los vivos
- Lo esperado no sucede, es lo inesperado lo que acontece
- Los que no tienen hijos se libran de muchos sufrimientos
- ¿Qué mayor dolor puede haber para los mortales que ver muertos a sus hijos?
- El tiempo revela todas las cosas: es un charlatán y habla hasta cuando no se le pregunta.
- Si pudiéramos ser jóvenes dos veces y dos veces viejos, corregiríamos todos nuestros errores
- Es más fácil dar consejos que sufrir con fortaleza la adversidad.
- Las ganancias mal logradas reportan pérdidas.
- Los muertos no tienen lágrimas y olvidan toda pesadumbre
- El oro y la prosperidad alejan a los mortales de la moderación y los arrastran a los excesos de un injusto poder
- Cuando hay vino, el amor perece, y perece todo cuanto es agradable al hombre.
(Publicación original: 7 diciembre 2007)
No hay comentarios:
Publicar un comentario