"Aquí donde la desolada mirada sopla las piedras y lo inmortal
Aquí donde se escuchan por lo hondo los pasos del tiempo
Donde se abren grandes nubes dorados hexápteros
Sobre la metopa del cielo
Dime de dónde arrancó la eternidad
Dime cuál es el signo que te hace daño
Y cuál el sino del gusanillo
¡Oh tierra de Beocia que te lustra el viento!
Qué fue de la orquesta de manos desnudas bajo el palacio
La misericordia que ascendía como fuego sagrado
Dónde están las grandes puertas con los antiguos pájaros
que cantaban
y el fragor que despertaba el horror de los pueblos
Cuando el sol entraba como triunfo
Cuando el destino se contorcía en el dardo del corazón
Y se encendían los trinos intestinos
Qué fue de las inmortales libaciones de marzo
De las líneas griegas entre el agua de la hierba
Fueron heridos las frentes y los codos
El tiempo del mucho cielo rodó rosado
Los hombres avanzaron
Llenos de sufrimiento y sueño
¡Rudo rostro! Ennoblecido por el viento
De tormenta de verano que las rubias huellas llameantes
Deja en las líneas de las colinas y de las águilas
En las líneas de tu palma de predestinado
A qué sabes hacer frente y qué sabes llevar
Vestida de la música de las hierbas y cómo avanzas
Entre los brezos y las salvias
Hasta el punto final de la flecha
En esta rojiza tierra de Beocia
En la pacífica marcialidad de las rocas
Encenderás los dorados haces del fuego
Arrancarás la mala fructificación del recuerdo
Dejarás un hálito amargo en la menta silvestre".
Odysseas Elytis
Traducción de Alfonso Silván, en Akal Bolsillo.
(Publicación original: 7 junio 2008)
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