Ya he vuelto, ya estoy de nuevo aquí, esta vez vengo con Aristóteles.
Después de haber mostrado las ideas de Sócrates y Aristóteles, ahora le llega el turno al discípulo de Platón: Aristóteles. Nacido hacia 384 a. C. en una localidad cercana al monte Athos, hijo del médico Nicómaco, descendiente de los Asclepíades, quedó huérfano de padre y madre en su adolescencia. Aristóteles fue a Atenas con 17 años para estudiar en la Academia de Platón, pero no le unía a él una relación muy especial. De hecho, Aristóteles basará su sistema filosófico en una profunda crítica al platónico. Se distanció de las posturas idealistas para aproximarse más a un pensamiento de carácter naturalista y realista. Para él era posible aprehender la realidad a partir de la experiencia, sin creer en la separación entre mundo sensible y mundo inteligible que hacía antes Platón. Aristóteles también se preocupó de lógica formal, moral, política y estética; de sus 170 obras escritas sólo nos han llegado unas treinta.
La búsqueda de la felicidad para Aristóteles se basa en una vida intelectual, sin renunciar a placeres moderados, mientras no impidan la observación de la verdad. La virtud se halla, entonces, en el justo medio, y considera que la virtud por excelencia es la justicia.
Aristóteles considera al ser humano un animal político, por naturaleza ha de vivir formando una sociedad.
Ha tenido mucha influencia en la filosofía posterior: en su tiempo no se le prestó especial atención, pues quedaba eclipsado por la figura de Platón, pero en la Edad Media empezó a revivir su figura, los filósofos árabes (Avicena y Averroes, dos de ellos) fijaron su atención en el, y santo Tomás de Aquino lo transformó en la base de la teología cristiana.
Veamos ahora algunas de sus ideas:
"Lo mejor es salir de la vida como de una fiesta, ni sediento ni bebido."
"Lo que tenemos que aprender lo aprendemos haciéndolo."
"El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona".
"La esperanza es el sueño del hombre despierto".
"Lo que con mucho trabajo se adquiere, más se ama".
"El hombre es por naturaleza un animal político"
"Cuando están dormidos, no se puede distinguir al hombre bueno del malo."
"La bondad es simple; la maldad, múltiple."
"La ventaja que sacarás de la filosofía será hacer sin que te lo manden, lo que otros harán por temor a las leyes."
"Un estado es gobernado mejor por un hombre bueno que por unas buenas leyes."
"El verdadero discípulo es el que supera al maestro."
"Un verdadero amigo es un alma en dos cuerpos."
"La salud es la justa medida entre el calor y el frío."
"El hombre más poderoso es aquel que es totalmente dueño de sí mismo."
"El castigo del embustero es no ser creído aún cuando diga la verdad."
"Es preciso que la filosofía sea un saber especial, de los primeros principios y de las primeras causas."
"La duda es el principio de la sabiduría".
"El sabio no busca el placer, sólo busca la ausencia de dolor".
"El egoísmo no es el amor propio, sino una pasión desordenada por uno mismo".
"La naturaleza nunca hace nada sin motivo".
"Si los ciudadanos practicasen entre sí la amistad, no tendrían necesidad de la justicia".
"Los hombres no han establecido la sociedad solamente para vivir, sino para vivir felices".
(Publicación original: 17 septiembre 2008)
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