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miércoles, 4 de febrero de 2015

El color de la historia

Heródoto de Halicarnaso y Tucídides de Atenas son considerados los padres de la historia. Vivieron ambos en el siglo de Pericles (siglo V a.C.), considerado como la edad de oro griega. Este gobernante democrático llamado Pericles fomentó la cultura y llevó a Atenas a una etapa de esplendor sin igual, gracias a lo cual conocemos este siglo con su nombre. En este período histórico convivieron grandes y muy brillantes personajes para la historia de Grecia.

Quiero referirme a dos autores distintos, a dos perspectivas distintas, a los dos padres de la historia. Por una parte, Heródoto escribe unas Historias divididas en nueve libros (con los nombres de las nueve Musas: Calíope, Clío, Talía, Euterpe, Terpsícora, Melpómene, Erato, Urania y Polimnia) que han sido narrados a partir de sus experiencias por las mismas tierras que visitaba Heródoto. Su historia se entremezcla con ciertos elementos míticos, mágicos o religiosos, sin dejar claro en algunas ocasiones cuándo se trata de una leyenda ficticia o cuándo se refiere a un hecho verídico. En cualquier caso, con frecuencia nos encontramos con leyendas populares que resulta evidente que nunca fueron acontecimientos reales. Nos da una historia llena de detalles de todo tipo y nos ofrece una lectura agradable llena de curiosidades. Me resultaba difícil elegir un fragmento pero al final me he decantado por una pequeña alabanza a la democracia.
Los atenienses, pues, aumentaban su fuerza. Se demuestra que la libertad de palabra, no sólo desde un punto de vista, sino de todos, es algo valioso y bello, pues cuando los atenienses tenían tiranos no fueron superiores en la guerra ni a uno solo de sus vecinos; ahora que se vieron libres de tiranos, fueron con mucho los primeros. Ello demuestra que, cuando estaban sometidos, eran cobardes intencionadamente porque trabajaban para un señor: pero, cuando quedaron libres, cada uno se afanaba en realizar obras en beneficio propio.
Trad: Manuel Balasch, Ed. Cátedra. 78 - Libro V  Historia , Heródoto
Por otra parte tenemos a Tucídides, un hijo de la sofística ateniense. Él busca en su obra la verdad y determinar la causa profunda de los hechos, por lo que intenta ser objetivo. Su obra está está dotada de un carácter más racional que la de Heródoto. Compara hechos del pasado con el presente y hace uso frecuente del discurso, puesto en boca de personajes ilustres con ideas de cada uno de ellos, aunque se trata de discursos ficticios. Juega con el lenguaje y lo tiñe de retórica y elegancia sin llegar a ser para nada recargado. Por su lenguaje sabemos que su obra estaba destinada a un público culto. De Tucídides les dejo la siguiente frase:
Es difícil hablar con exactitud en momentos en los que difícilmente está segura incluso la apreciación de la verdad.
II-35 Historia de la guerra del Peloponeso, Tucídides, Trad: Guzmán Guerra
A través de este mi blog yo quisiera invitar a aquellos que aún no lo hayan hecho a que recorran la historia de manos de autores clásicos de este calibre. Estos dos historiadores son una buena prueba de la calidad de la literatura clásica, su lectura es amena y se disfruta al tiempo que se aprenden bastantes cosas.  Su lectura es desde luego un emocionante viaje, en el caso de Heródoto por distintos pueblos de aquella época, y en el de Tucídides por Atenas. Yo lo tengo claro: seguiré viajando con ellos.

(Publicación original: 17 enero 2007)