Esta mañana he estado ojeando un libro sobre Grecia en la biblioteca de mi facultad y he estado aprendiendo cosas sobre la alimentación en la antigua Grecia, así que quisiera compartirlo con los lectores del blog.
Hasta el siglo VI a.C. los griegos solían comer sentados, pero a partir de este siglo se produjo el cambio de hacerlo sentados a recostados en divanes, algo que adoptaron de la civilización persa. Desde entonces el comer sentado representaba un símbolo de sumisión, y lo continuarían haciendo las mujeres en las cenas familiares (las únicas en las que ellas podían participar), los chiquillos y los parásitos.
Los griegos (al igual que los romanos) comían sin servirse de cubiertos, con las manos, y tampoco empleaban platos. La única vajilla que usaban eran las copas y los cuchillos para trocear la carne. El hecho de que hoy utilicemos cubiertos en la mesa lo debemos a los árabes.
El vino, que acostumbraban a tomar mezclado con agua, no lo tomaban en el transcurso de las comidas, sino al final, mientras celebraban el simposio.
Era posible adquirir en el mercado comida ya preparada (lo que hoy llamamos "precocinados"). De este tipo de comida resultaban muy populares las salchichas asadas. Además era muy frecuente preparar carne, pescados y verduras asados a la brasa.
Pero el método más popular de preparación de comida era el hervido en ollas, bien fuera de barro cocido o de metal, sobre todo para sopas y gachas de cereal y legumbres, platos muy típicos y habituales entre la clase humilde.
El alimento fundamental era el pan (de cebada o mezcla de cereales era el más común), y el pan de trigo (artos) constituía una clase de pan más refinada y más cara. Eran muy abundantes las panaderías, e incluso la gente podía elaborar el pan en su propia casa (aunque esto más bien era propio de las clases aristocráticas, que podían contar con panaderos propios. Eran muy cotizados los lidios y los fenicios). En las panaderías el pan se hacía al horno, mientras que en las casas se usaban hornillos de barro cocido, con tapadera en forma de cúpula, o braseros, en los que se hacía un tipo de pan fino, blando y esponjoso, que después untaban con vino dulce. Ya existían múltiples variedades y formas de pan.
También era bastante empleado el queso, quizá de carácter humilde, pues no aparece mencionado muy a menudo en los textos que conservamos. Pero se sabe que era costumbre agregar al vino queso rallado, además se consideraba que era un poderoso reconstituyente mezclar vino con queso de cabra, que ya en los poemas homéricos se suministraba a heridos y enfermos.
Esta información procede de la siguiente fuente:
Grecia, Stefania Ratto, Ed. Electa, Barcelona, 2007
(Publicación original: 6 agosto 2007)
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