jueves, 5 de febrero de 2015

Un último regalo


ROMANCE PARA UNA GRECIA HERIDA
Alexis era tu nombre
Y en tierras griegas el sol
Veías cada mañana.
Tus sueños en el arcón
Guardados bajo la llave
Ilustre de tu candor
Dormían junto a la luna,
Eclipse de la ilusión.
La mano de la injusticia,
Amarga, cruda, feroz,
Quebró tu delgado cáliz,
Tus dedos de algodón,
Tu vientre flaco y desnudo,
Tu pecho de brisa y flor.
Abuso de autoridad
Tus ramas vivas cortó
Con toques de vanidad.
Quisieras haber sido son
De intensas músicas rojas,
Quisieras haber sido voz
De un campo de grandes dichas.
Mas pronto irrumpió y llegó
El filo de la violencia
Robándote tu color.
¿Por qué secaron tu aliento?
¿Por qué, tu cruel perdición?
Manzanas envenenadas,
Vacíos del esplendor,
Cadenas enronquecidas,
Vacíos del corazón.
Las calles te lloran todas
Y escancian su agrio dolor,
Salvaje brillo de sangre,
Perdida ya la razón.
El llanto nubla la vista,
El llanto produce ardor.
Las ruinas entre azucenas
Emiten triste canción;
Violetas del arroyuelo
De raudo curso veloz
Marchitas por la tristeza
Quedaron en tu nación.
Atenas te llora entera
Y Grecia y su alrededor,
También el resto del mundo,
Del mundo cada rincón.
La paz aguarda, ¿mas dónde?
Queremos su blanca flor,
Destino de enredadera
Envuelta en nuestro balcón,
Cadencia de melodías
Del fiel y buen ruiseñor,
Estancias de una agradable
Y humilde bella mansión,
En donde reinan con gloria
Los dones del digno honor,
En donde viven perfumes
Cual hálito de ilusión.
Que cesen, Grecia, tus penas,
Que lleguen la paz y el sol,
Que brinquen los saltamontes,
Que triunfe ya el amor.

Annula

Y con esto me despido por ahora, espero poder volver dentro de un tiempo. Hasta entonces, que seáis todos muy felices Guiño

(Publicación original: 29 diciembre 2008)

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