jueves, 5 de febrero de 2015

El pobre

El pobre
Érase una vez un pobre con muchos hijos y trabajaban todos con su mujer durante todo el día. Todas las noches que estaban cansados se comían su panecillo tranquilamente y a buen recaudo, y después el padre tomaba y tocaba su lira, y bailaban los niños y pasaban una vida angelical. A su lado se solía sentar un rico, y cuando escuchaba cada noche las risas y las alegrías del pobre, se sorprendía: "¿Cómo es que yo, entonces, no estoy tan contento y calmado como él? Todo el día la piqueta y por la noche baile", dice, "quiero darle monedas, a ver qué hace con ellas". Sale en busca del pobre y le dice: "Puesto que sé que eres un hombre honrado, toma, te voy a dar mil monedas para que abras un negocio, lo que quiera que ganes me lo das. En caso contrario te lo doy". Todo el día ya, según lo recibió el pobre, pensaban a ver qué iban a hacer con tanto dinero. Lo llevaba de acá para allá. "Voy a abrir un puesto de venta ambulante, voy a invertirlo, me voy a hacer con unos viñedos". Llega la noche y ya ni tan siquiera coge su lira, ante cualquier palabra de sus hijos o si estos reían, les regañaba. En toda la noche ni pegó ojo en su reflexión. Al día siguiente ni va a ganar su jornal, ni a ningún lugar que no fuera su reflexión. Su mujer le pregunta que qué le pasa. Le hizo reír, y le regañó a ella diciéndole que le dejara tranquilo. Escucha atentamente el rico, pasa una noche, pasan dos, pasan tres... y ya no oye la lira. Una noche ve al pobre llegar: "Toma, hermano, tu dinero, yo ni quiero esto ni sus preocupaciones". Desde entonces de nuevo va contento a su casa el pobre, tocaba su lira, bailaban sus hijos como al principio y él iba a su trabajo.

(Publicación original: 3 junio 2010)

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